Por Maresia Díaz
Hace unos días, redacté una nota que merece cambios. La situación es que el desenfrene de sensaciones inmediatas por tal hecho se hicieron presentes. Me refiero a que la nota pasada sólo está cargada a un lado, al lado primero e inmediato de una decisión que no es tan alarmante, en realidad.
No es que la censura en Twitter sea una cosa grave. El hecho de la censura es inaceptable, claro, pero en este caso, Twitter no es un villano.
El gran error está en pensar a Twitter como una organización pública, olvidamos que es una empresa privada, la cual, como muchas otras, tiene que acatar políticas gubernamentales así que no deberíamos sentirnos tan agredidos porque la medida que se tomó no es del todo intensa.
Si algún gobierno decide censurar algún tweet de acuerdo a sus políticas, se lo solicitará a Twitter y este decidirá si acepta. Sobre qué contenido en cada tweet se "censurará" habrá que saberlo en cada situación y no es que las "censuras "estén a la orden del día.
Al mismo tiempo, podremos saber qué solicitudes de "censura" se hicieron en www.chillingeffects.org y ese es un acto que refiere transparencia y, repito, le resta agresividad al asunto.
Los Tweets sólo se "censurarán" en el país donde se indique, es decir, el resto del mundo podrá leer el tweet sin ningún problema. Si bien sí es un hecho que a primera instancia se siente agresivo y causa revuelo pero, en verdad, no es tan alarmante. La noticia tiene impacto y puede que caiga la popularidad de Twitter por la "censura" pero, vamos, estas decisiones las han tomado ya muchas empresas de la plataforma virtual y el asunto no es grave.
Así que con este nuevo escrito sobre la nota pasada, me disuado de lo que fue, penosamente, un encapsulamiento por una sola percepción.
