Estoy asombrada por la gran cantidad de artículos, notas y posts en los que enlistan 5, 7 o 10 pasos “clave” para lograr campañas exitosas en Social Media, para mejorar el número y la calidad de tu audiencia, tips o recetas exquisitas que parecen de cocina en las que te sugieren que pongas 1 pizca de diversión, 1 onza de honestidad y 3 toneladas de tiempo, paciencia y entusiasmo. Lo más triste de todo esto es que no reflejan nada en lo absoluto, nos dan inferencias, algunas de muy buena calidad, otras de dudosa reputación, pero todos prometen lo mismo como el vendedor de antaño que le da al público sediento la información de lo que “supone requiere”…
Este ir y venir me aterra un poco, por las PyMEs, esas empresas ávidas de conocimiento que han tomado el Social Media como estandarte y que se dejan llevar e instruir religiosamente por esos supuestos expertos, es maravilloso como existen quiénes se autodenominan de esa manera, los expertos o “gurús” esa mágica palabra que oculta mucho y dice poco, pero al final impacta en el encabezado, en el sitio web o en la bio de Twitter.
Podemos inferir que lo afirman por su asombrosa preparación, pero la experiencia en cuanto a casos de éxito es relativamente nueva y se ha venido dando gracias a la capacidad de análisis y estrategia de aquellas marcas acertadas. Por fortuna para algunos, para desgracia de otros, aún no existe un organismo establecido que nos instruya seriamente a los profesionales de lo social.
Lo que caracteriza a éstos “expertos” es que son en sí “early users” de una tendencia que inició hace aproximadamente 5 años en algunos países, personas que si bien se puede admirar su persistencia para difundirla a gritos, no aportan mayor valor a eso que replican incansablemente.
Una de las cosas que las recetas de Social Media no especifican, es toda la labor que existe detrás de cada proyecto exitoso, toda la planeación y por supuesto formación que hay que tener para poder esculpir ese resultado tan ambicioso que se pretende, y que las dinámicas no dependen de las herramientas tecnológicas que uses o que adiciones la mayoría de las aplicaciones a tus perfiles sociales, sino qué cosas hacen sentido, cuáles le darán un valor a tu cliente, por qué se sentirá atraído hacia tu marca y no hacia otra, en medio del gran océano de opciones disponibles.
Recordé una nota de hace ya varias semanas, de una persona muy respetable en el medio y con una buena formación en muchos sentidos qué afirmaba que los “expertos en Medios Sociales se terminarán” y que el mercado para ellos se estancará porque las empresas tendrán esa vacante “in house” yo pregunto simplemente, perdona la obviedad, ¿las agencias de diseño, investigación, mercadotecnia, publicidad, RRPP, se han extinto por que las grandes marcas poseen éstos departamentos dentro de su nómina?.
Desconozco el planteamiento que haya manejado para hacer dicha afirmación, cuáles fueron las variables y entornos a considerar, sin embargo yo con las propias, concluyo que será así de seguir propagando esa línea de acción de este recurso, y lo será probablemente para los improvisados…
También, si se piensa que el Social Media es publicar contenidos cualquiera en repetidas ocasiones como en un canal obsoleto de TV, hasta que el target se sienta seducido o atormentado por esa invasión de datos innecesarios y que por fin decida cerrarle por completo esa ventana a las marcas, en una protesta de paz.
Otras formas en que se muestra danzante esta intención, fue en el momento en que las marcas decidieron “comprar followers” para hacer que la empresa parezca más “amada” por el mercado; si se mantiene la tendencia de traer las estrategias es una campaña offline a la vida online que tiene sus reglas propias; o se utiliza el mismo lenguaje, las mismas herramientas y el tono indistintamente de la plataforma, y por supuesto, si se sigue creyendo que el número de seguidores refleja el éxito avasallador, y por último si se continúa “comprando” la opinión del consumidor con regalos y trivias, lejos de asimilar que la esencia de todo este embrollo es ESCUCHAR y comprender a los usuarios, clientes, socios de negocio, consumidores, fans, amigos o como prefieras nombrarlos, como en cualquier relación social.
Y por último, se logre coincidir lo que predica tu marca con biombo y platillo con permitirle a tus colaboradores que participen en el diálogo.
¿Le pondremos cerrojo a esta ventana al consumidor o nos sentaremos a conversar con él para saber qué es lo que tiene que decir? Yo voto por lo segundo.
Por Diana Romero @dlromero
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