La estadística está clara: sólo 31 de cada 100 mexicanos tienen acceso a una computadora.
Me topé con unas líneas que hablaban sobre la brecha digital en México y sobre los nuevos analfabetas, los digitales. Cuando hace tiempo luchaba porque la gente aprendiera a escribir y leer, hoy se tiene que luchar porque la gente tenga Internet y acceso a una computadora, y no sólo tener por tener, sino saber qué se tiene y cómo usarla como herramienta de desarrollo.
Si bien el problema de educación del país es inmenso, el de la brecha digital es mayor. Y no son temas totalmente distintos, de hecho son temas que van de la mano. Creo que la educación puede mejorar enormemente cuando se incluye el uso de las TIC, cuando tenemos a la mano una computadora y acceso a Internet.
Ya hemos dicho muchas veces que el Internet es una herramienta inigualable, una enorme, una poderosa y aunque pensemos que “ahora toda la juventud está enclaustrada en su habitación y enajenada con la computadora” no es así. No toda. Las estadísticas nos dicen lo contrario, nos dicen que sólo la minoría tiene acceso a una computadora y una aún más pequeña que puede pagar por un servicio de Internet. También es cierto que no toda esa minoría explota y usa para desarrollo aquella herramienta.
La realidad es que no nos podemos negar ante esta herramienta, debemos incluirla y manejarla para el desarrollo educativo del país. Hacer que todos tengamos acceso a ella dirigiéndola a avances y mejoras sociales.
¿En verdad tener una computadora y acceso a Internet es un lujo? Pues hay gente que no puede pagar por ese servicio y entonces se convierte en lujo para los que sí pueden pero ese aspecto tiene que desaparecer. Tener acceso a lo ya dicho no debería de ser un lujo, es, más bien, una necesidad, una enorme.
Ahora tenemos esta nueva marginación, esta que acecha y debilita, esta nueva exclusión social que deja rezagos enormes y que por su desigualdad impiden el crecimiento de un país. No podemos seguir pensando que las TIC son sólo materia de los llamados “geeks” ni mucho menos que sólo les sirve a ellos y que son los únicos que pueden sacarle provecho.
Alrededor de este tema surgen muchas preguntas, inquietudes y decepciones. ¿Quién se debe hacer cargo de reducir la brecha digital? ¿Alguien se está haciendo cargo? ¿Cómo reducirla? ¿Qué impactos tendría el eliminarla? Y seguramente muchas más.
Además entristece que sea un tema poco tocado, poco debatido y poco tratado. Parece ser que a nadie le interesa, como si no existiera este problema, pero está y cada vez es peor, el atraso se hace más grande.
Y ya por último, leí que Shanghai tiene el lugar número uno en educación y que a México le tomará 127 años alcanzarlo. Reflexionemos sobre esto y sobre cómo acelerar –o generar- el crecimiento educativo -insisto en la educación porque de ahí parte todo y de ahí se generan más crecimientos-, sobre las herramientas que tenemos y cómo incluirlas y usarlas. La brecha digital debe desaparecer.
Por Maresia Díaz @marsdz
Imágenes: sheelamohan y jscreationzs
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