Por Diana Romero
Últimamente hemos leído, escuchado o visto cientos de noticias sobre los candidatos presidenciales para las próximas elecciones en nuestro país el primer día de julio; después de haber visto el reciente debate y el buzz lamentable que se ha generado en la red, me resulta abrumador cómo es que se "venden" y se muestran a los votantes como "productos innovadores" y resulta aún peor que percibamos como un plus o "ventajas competitivas" características como la honestidad, la congruencia y el cumplimiento de su palabra, cuando son, - o al menos debieran ser - parte de las cualidades inherentes de un candidato y no pretender resaltarlo cual "distingo competitivo", o es que nosotros los clientes, ejem, votantes, ¿no hemos exigido "productos de alta calidad"?...
Últimamente hemos leído, escuchado o visto cientos de noticias sobre los candidatos presidenciales para las próximas elecciones en nuestro país el primer día de julio; después de haber visto el reciente debate y el buzz lamentable que se ha generado en la red, me resulta abrumador cómo es que se "venden" y se muestran a los votantes como "productos innovadores" y resulta aún peor que percibamos como un plus o "ventajas competitivas" características como la honestidad, la congruencia y el cumplimiento de su palabra, cuando son, - o al menos debieran ser - parte de las cualidades inherentes de un candidato y no pretender resaltarlo cual "distingo competitivo", o es que nosotros los clientes, ejem, votantes, ¿no hemos exigido "productos de alta calidad"?...
Me asombra que el Marketing Político se vea tan disminuido frente a otras ramas, es también preocupante que muestren "estrategias" del Marketing de antaño y se dediquen a disminuir o evidenciar a la competencia: "Atacar a tu competidor, solo refleja tus miedos".
Por si no fuera suficiente están "arrastrando" éstas sucias prácticas a los Medios Sociales, como menciona el politólogo José Merino, el fenómeno de los "acarreados" ha migrado. Lamentables los recursos para hacer quedar a algún candidato como "El menos peor"- como decimos coloquialmente - a través de herramientas en línea, el uso de bots para manipular la información existente y más lamentable ver que algunos tuiteros caen en sus redes y atacan perfiles falsos o trolls, sin investigar si la fuente es confiable o al menos verídica.
Creo que están cayendo en la casilla de "productos milagro" - ya saben esos que atacan nuestras necesidades comunes, hacen promesas que no pueden cumplir, pero queremos creer en ellos, y terminan decepcionándonos una y otra vez, pero por alguna extraña razón, no dejamos de comprarlos... -
Una premisa básica en Mercadotecnia: un envase o empaque atractivo, un buen spot, o compararse públicamente con la competencia, no venden un producto de mala calidad - o al menos no por mucho tiempo... -
Sí hay una forma de revertir este círculo vicioso y es convertirnos en prosumidores, co-creadores o ciudadanos informados y que evaluemos lo que queremos recibir a cambio del precio de un voto. Y exigirle a esos cuasi-mercadólogos que dejen de arruinar nuestra reputación con acciones vacías, prácticas desleales y publicidad engañosa.
Concluyo citando palabras del padre de la mercadotecnia moderna: "¿Quién debe diseñar en última instancia el producto? El cliente, por supuesto".