junio 28, 2011

Producto con-sentido

En una plática familiar de sobremesa, vinieron imágenes de algunas marcas que han formado parte de nuestro entorno, época y hasta recuerdos, marcas que de alguna manera evocan momentos agradables o no. Es curioso preguntarse en qué momento le dimos esa cualidad a las marcas.

Envases de bebidas refrescantes para niños que logran otro uso, e incitan a la compra, como el atorarlos en la llanta trasera de la bicicleta e imaginar que se trata de una motocicleta, o el de otras que al inflar el famoso "triangulito" podían hacerlo estallar los compañeros, para asustar a las niñas y deleitarse al escucharnos gritar por la sorpresa… y qué decir de las marcas que deseas comprar cuando seas mayor,  como los cigarros de chocolate; se trataría de empresas que de alguna forma miraron a los clientes potenciales que seríamos en unos años e imitaban cuidadosamente la imagen gráfica de los líderes de esa industria, ¿serían casualidad? Tal vez haga una llamada al responsable de Mercadotecnia de una de esas compañías y lo cuestione… ¡je!.




Recuerdo recortar pacientemente imágenes de tarjetas de crédito de algún banco para guardar en mi bolso de día, recortes a los que por supuesto le añadía una cartulina detrás para reforzar su durabilidad, aunque resulta irónico como huyo ahora de las reales.

No estoy segura si mi vocación estaba implícita en esas acciones, o a todos los niños de esa edad le entusiasmaban las mismas cosas… aún sigo pensando en la oportunidad de las marcas en involucrarse acertadamente en la vida de un cliente futuro  imprimiendo su logo o imagotipo a los productos que incluyen las “bolsas de despensa” que venden acompañadas de un carrito de supermercado para las niñas en colores pastel…

O nombrar la introducción de dulces importados gracias al TLC en aquellos años, productos que mi madre muy nacionalista me prohibía comprar, estoy hablando de las variedades de goma de mascar que ofertaban, algunos en forma de espinacas, que curiosamente deseábamos comer, en forma de bandita adhesiva dentro de un envase de lata, y los más simples, pero también atractivos los “chinitos” esas 3 bolas de goma de mascar color amarillo en un empaque que simulaba serlo en realidad, con ojitos, y el atuendo adecuado… otros, caramelos en forma de “chupón”, que años después descubres que se trataba de anillos…

Es increíble cómo podemos relacionar marcas con momentos, algunas permanecieron, otras quedaron extintas, falta de demanda, poca calidad, o nada de innovación. Esto nos hace pensar en el esfuerzo que requieren para permanecer en el tiempo…

Muchos recuerdos de la niñez y ese “valor emocional” como me gusta llamar al “Engagement” que es tan preciado para los líderes de la industria y lo que se pretende conseguir  a través de los tan sonados Medios Sociales, ¿de qué se trata en realidad?. Deduzco que al mostrarnos similitudes tan humanas como la evolución, el cambio, el constante aprendizaje y por supuesto la adaptabilidad a su entorno, nos  hacen pensar que pertenecen a nuestra esencia, que encierran habilidades positivas y que crecen junto con nosotros...

¿Qué productos pertenecen a tus memorias?.

Por Diana Romero @dlromero

Crédito de imagen: Phiseksit

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