Leyendo la microtendencia del mes publicada por De la Riva Group me topé con un síndrome a gritos aterrador: "La depresión de la Tumbona", a la que definen textualmente como: una amenaza psicológica que últimamente se ha vuelto común entre los vacacionistas que no saben dejar el estrés dentro de su propia oficina.
Es en definitiva un padecimiento derivado de la tecnología y la posibilidad de mantenerse informado y poder interactuar con el lugar de trabajo a distancia.
Una de las motivaciones que impulsan esta aflicción en México, según la microtendencia, tiene relación directa con el temor a ser despedidos que confiesan tener 4 de cada 10 mexicanos, a partir de la crisis económica de 2009, datos de CNN Expansión.
Factores como la edad y el ser migrante o nativo digital también afectan directamente este padecimiento; los baby boomers no son tan afectados por este mal, puesto que saben administrar adecuadamente su tiempo y separar su vida personal de la laboral, las mujeres de la generación X al realizar múltiples tareas también saben organizar su tiempo a diferencia de los hombres de esta misma generación, y finalmente la generación Y al buscar una libertad laboral, como trabajar en casa o personalizar sus horarios, le resulta más complicado organizarse y administrar correctamente la carga de trabajo.
¿Qué pasa con las comunidades sociales? ¿qué papel desempeñan en esta situación? ¿qué vínculo emocional han tejido para colarse en nuestros descansos? Desde mi punto de vista, toda esa ola de información y el cambio de algunas formas de interacción social se han mezclado fuertemente, es común ver amigos o compañeros de trabajo que comparten en los medios sociales una especie de bitácora de sus vacaciones, generando una dependencia inconsciente al teléfono móvil, especialmente al smartphone, cuya venta se ha incrementado en un 85%.
Las costumbres, estilos de vida y los modus operandi en las empresas deben adaptarse a este nuevo ritmo de producción, está claro, que ofrece una gran oportunidad para las marcas que no sean invasivas en su interacción, definitivo, pero tal parece que estamos viviendo en una realidad alterna, que nos obliga a estar y no a la vez, vivir tan rápido y dar respuestas inmediatas, que nos ha llevado a complicaciones psicológicas como esta, quizás si nos propusiéramos no perder el foco y re-aprendiéramos la forma de administrar nuestro tiempo, estar en cada lugar y momento enteramente, es una posibilidad que obtendríamos mejores resultados en todos los aspectos de nuestra vida.
Por Diana Romero @dlromero
Crédito de imagen: Salvatore Vuono
Factores como la edad y el ser migrante o nativo digital también afectan directamente este padecimiento; los baby boomers no son tan afectados por este mal, puesto que saben administrar adecuadamente su tiempo y separar su vida personal de la laboral, las mujeres de la generación X al realizar múltiples tareas también saben organizar su tiempo a diferencia de los hombres de esta misma generación, y finalmente la generación Y al buscar una libertad laboral, como trabajar en casa o personalizar sus horarios, le resulta más complicado organizarse y administrar correctamente la carga de trabajo.
¿Qué pasa con las comunidades sociales? ¿qué papel desempeñan en esta situación? ¿qué vínculo emocional han tejido para colarse en nuestros descansos? Desde mi punto de vista, toda esa ola de información y el cambio de algunas formas de interacción social se han mezclado fuertemente, es común ver amigos o compañeros de trabajo que comparten en los medios sociales una especie de bitácora de sus vacaciones, generando una dependencia inconsciente al teléfono móvil, especialmente al smartphone, cuya venta se ha incrementado en un 85%.
Las costumbres, estilos de vida y los modus operandi en las empresas deben adaptarse a este nuevo ritmo de producción, está claro, que ofrece una gran oportunidad para las marcas que no sean invasivas en su interacción, definitivo, pero tal parece que estamos viviendo en una realidad alterna, que nos obliga a estar y no a la vez, vivir tan rápido y dar respuestas inmediatas, que nos ha llevado a complicaciones psicológicas como esta, quizás si nos propusiéramos no perder el foco y re-aprendiéramos la forma de administrar nuestro tiempo, estar en cada lugar y momento enteramente, es una posibilidad que obtendríamos mejores resultados en todos los aspectos de nuestra vida.
Por Diana Romero @dlromero
Crédito de imagen: Salvatore Vuono
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