Por Diana Romero
Profesión polémica, salvadora para algunos, menospreciada por otros, sobrevalorada y / o malentendida para unos más, pero finalmente parte de un organigrama cambiante en el mundo digital.
El CM ha sido definido, según la entendida Wikipedia, como: "un campo nuevo dentro del Marketing y la Publicidad Online,... Así, un buen community manager es la persona encargada de crear, gestionar y dinamizar una comunidad de usuarios en Internet con independencia de la plataforma que empleen..."
Éste nuevo campo del Marketing Digital, consiguió un día conmemorativo, y este año se celebró el pasado lunes 23 tuiteado como: #CMDay, hashtag que bautizó la comunidad española, mismo que se retomó aquí en México y otros países de LatAm, o el #CMAD (Community Manager Appreciation Day) en el idioma de Shakespeare. Les fue asignado el 4to lunes del mes de enero, para... reconocer el puesto como profesión, supongo.
En medio de mucha información alusiva encontré una infografía de Socialfresh donde entrevistó a 304 profesionales del 5 al 20 de enero pasado y encontraron éstos datos:
- Las mujeres son las que poseen con mayor frecuencia este papel con el 65% frente al 35% de los hombres.
- 2 de cada 3 CMs se encuentran in house, mientras que el 1 restante realiza su labor desde agencias.
- El mayor número de puestos estén distribuidos en países de habla inglesa.
- 6 de cada 10, invierten más de 30 horas por semana en su comunidad.
- En promedio el ingreso que le procuran a las empresas al año es de 51,647 dólares.
- El contenido es la tarea que demanda más de su tiempo.
- Las compañías de software son las más propensas a tener a un CM en sus filas.
- La edad promedio en esta profesión es de 30 años.
- El segmento de CMs con más edad (31-40) le procuró mayores ingresos a la compañía que administra.
- Facebook con el 52% es de plataformas favoritas.
Sin duda, condensados como este nos podrán dar una idea más clara de lo que significa la labor diaria de un "responsable de comunidad" que la mayor parte de las veces no tiene un rostro definido, pero su voz representa bien o mal administrada la ideología de una marca.
