octubre 22, 2012

Menús fotográficos

Por Maresia Díaz 

Desde que te incorporas a Instagram, no puedes evitar ver una fotografía de alguien que intenta convertir su comida en algo apetecible para los demás usuarios. Siempre están esas personas que miran sus platillos con tanto asombro que consideran pertinente compartirlo en esa red social que nos hace volvernos “fotógrafos” cuando escogemos un filtro.

En realidad, esas fotografías de comida causan conflicto. No siempre los platillos son tan apetecibles como el usuario que postea lo cree. Muchas veces resulta ser un platillo desagradable y muchas otras incita a preguntar a otros usuarios en qué lugar están comiendo aquel “gran” platillo. Y he aquí el poder de una fotografía en una red social. Las posibilidades van desde que el platillo se lleve likes o se lleve comentarios nada gratos con insinuaciones de asco. Todos los comentarios, generalmente, giran en torno al cómo está presentado el platillo, aspecto fundamental para la gastronomía.

Ahora bien, si se critican a los platillos, o bien, se halagan, todos esos comentarios resultan ser de gran utilidad para el equipo gastronómico de algún restaurante. El chef se puede enterar entonces de lo que el cliente opina de su platillo, de qué tan popular es y es entonces cuando se empiezan a ver claramente las implicaciones en los aspectos económico y administrativo. Por ejemplo, qué tanto renombre puede tener el restaurante por determinado platillo; cuál es el que los clientes prefieren; qué tipo de clientes comienzan a incluirse en la dinámica de retroalimentación y, por supuesto, qué esperan los clientes incluso en cualquier aspecto de la marca que brinda el servicio, desde la arquitectura y el diseño del lugar hasta atenciones del personal.

Todos esos elementos constituyen un espacio de oportunidades para el acercamiento con el cliente. Y en Nueva York, alguien ya lo descubrió. Se trata de Comodo, un muy nuevo restaurante de comida latinoamericana, que se percató de la actividad de sus clientes en Instagram y de que sus platillos eran protagonistas. Cuando se percataron decidieron, muy creativamente, hacer un menú fotográfico en la mencionada red social que es ideal para las fotografías de la cotidianeidad y por su gran impacto y actividad entre usuarios, el Instagram Menu, con el hashtag #comodomenu donde aparecen los platillos que los clientes han posteado. La otra función de este ejercicio interactivo, según los dueños de Comodo, es ayudar al cliente a saber qué elegir viendo la comida fotografiada.


A pesar de esto, debo mencionar que más de parecerme de gran ayuda al cliente para saber qué elegir –que me resulta una función de relleno y no la que en realidad merece importancia- la potencialidad de este espacio es la de ser una herramienta que genera compromiso con el cliente, que deja el camino para acercarse al cliente, escucharlo y después, si es necesario, hacer ajustes que van encaminados a él. Así mismo, la oportunidad de escuchar críticas duras y directas sobre el producto que se ofrece es una oportunidad valiosa que hará crecer a la empresa y la hará irse posicionando en un mejor lugar tomando en cuenta en todo momento al cliente.

Vía: Mashable



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