Shakespeare y Google+

Por Maresia Díaz

¿Integrar al arte a los medios sociales o integrar los medios sociales al arte? Me parece que integrar los medios sociales al arte, por qué no, “las artes” no pueden estar peleadas con las tecnologías digitales, ni para su producción y creación, ni para su difusión. 

Alguna vez, hace ya bastante tiempo, en este blog escribimos sobre la literatura y su diálogo y uso de las tecnologías digitales, más precisamente de las apps para tabletas y smartphones como Muerte Sin Fin de José Gorostiza y su increíble app de Conaculta. Una gran manera de exponer las posibilidades de la literatura en medios digitales. 

Y, siguiendo con las posibilidades de la literatura, integrar obras teatrales incorporando, también al teatro como arte y no sólo a la obra literaria, parece ser el siguiente paso. Iniciando, tenía que ser, con Shakespeare.

La Royal Shakespeare Company, en colaboración con Google +, ha lanzado un espacio en el que la obra Sueño de una Noche de Verano, en su interpretación número 40, se expondría en este nuevo formato virtual con dinámicas completamente distintas y un tanto confusas.

La dinámica se concentra en comentarios y publicaciones que van desde videos, imágenes, música,  links, y ensayos públicos grabados. Cada personaje tiene un perfil, con los cuales también es posible interactuar. Las presentaciones en vivo se pueden ver por medio de stream. Es decir, sino aparece online, no está, precisamente, en un escenario. Todo esto, bajo el hashtag #dream40.

Por otro lado, esto significa, también, un nuevo espacio para Google+, que enriquecería su permanencia como red social y le daría un giro discursivo basándose en nuevos formatos y convirtiéndose en una nueva plataforma para nuevos formatos. Bien por Google+. Y bien, claro, por el teatro y su intento de incorporar las plataformas virtuales. Esto, aclaremos, es sólo un experimento, un intento de integrar a un público y nuevas dinámicas, no parece significarse que las obras teatrales se representarían ahora ahora en ese formato. No es tan potente. Y más allá de eso, ¿quién podría hacerle eso al teatro?

Vía: Mashable