Mientras leía Mashable, me encontré con una lista que reunía las 10 aplicaciones más utilizadas en smartphones. La verdad es que pensaba encontrar apps que no precisamente fueran apoyo para una página o algún producto, ni mucho menos para una red social. Es decir, me encontré con que las apps más exitosas, en términos de usos, eran esas que se habían creado como un brazo más accesible hacia un producto.
El top ten está así:
La otra sorpresa fueron los porcentajes: ingenuamente, nunca me pareció que Google+ fuera una aplicación más utilizada que Twitter. Ese pensamiento porque me fui por lo obvio, y ese es siempre un error. Twitter es muchísimo más utilizado que Google+, sí, pero su página principal es mucho más sencilla que la de Google+, por lo mismo, me suena a que no es tan necesario descargar una app cuando no es precisamente mucho más sencilla que entrar a la página principal desde un smartphone. Con esto, aclaro, no digo que la aplicación de Twitter no sea sencilla, lo es, pero como en todas, algunas son más sencillas en determinado sistema operativo que en otro.
Google Maps, ahí sí debo decir, no me sorprendió que fuera la más utilizada, pues es mucho más sencillo tener una app que agilice una búsqueda que remite -digámoslo burdamente- en lo físico, con consecuencias en donde el tiempo y moverse en círculos son cruciales.
La aplicación que desde sus inicios estuvo pensada como tal es Instagram. Una app de entretenimiento puro como red social.
Lo que me hace pensar en qué llega primero: ¿el éxito de la red social y por consiguiente, la aplicación es exitosa? ¿O el éxito de una red social se ve manejada por el éxito de su app? Mi respuesta sería que es recíproco, depende de la historia de la red social, depende del producto.
Muchas veces no es tan conveniente crear una aplicación para tu producto, resulta innecesario.
Muchas veces incrementa el uso y el alcance de tu producto. No siempre, recordemos. Lo que sí es necesario siempre es analizar y ser realista. Saber qué tipo de producto es, a quién se lo estás vendiendo y, entonces ahí, considerar cómo funcionaría en las distintas plataformas. No tiene que estar en todas, no tiene que estar, precisamente, en las más populares.
Tiene que estar en donde haya recursos para darle vida.
