Por Maresia Díaz
Hace unos días, leí la noticia de que muchos adolescentes se están retirando de Facebook. Bussines Insider hizo la investigación y entrevistó a varios adolescentes de aproximadamente 13 años quienes argumentaron por qué Facebook ya no les parece atractivo.
De manera poco sorprendente, un argumento a esta reacción es que “las mamás están usando cada vez más Facebook”, cosa que evidentemente resulta incómodo para un adolescente: compartir el espacio con sus padres.
Por otro lado, nos encontramos con el argumento tecnológico: con un teléfono celular, las Redes Sociales preferentes cambian de acuerdo a su accesibilidad. Para estos adolescentes, es mejor utilizar otra red social en su teléfono móvil en lugar de ingresar a Facebook.
Instagram y Vine son dos de las Redes Sociales que mencionaron, prefiriéndolas porque las imágenes y los videos pasan rápidamente cuando están aburridos, en cambio en Facebook, hay palabras, hay conversaciones personales. Facebook, para ellos, no es un espacio de entretenimiento ni diversión.
Insisten en que Facebook, sí, aún es una herramienta en la que puedes mantenerte en contacto con amigos, pero la realidad es que no tienen la intención de revisar lo que ahí sucede, ni mucho menos de hacer que suceda algo ahí participando en la dinámica.
Y aquí, entonces, tenemos la prueba de que no toda campaña va a encontrar a sus consumidores en las Redes Sociales aparentemente más usadas por todos. Este segmento de consumidor, el de los adolescentes, necesita dinámicas que se acerquen más a ellos desde dispositivos que están todo el tiempo con ellos, enfatizando, entonces, el nuevo lenguaje y las formas de relacionarse a partir de la usabilidad de los dispositivos.
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