Dos acontecimientos recientes me
han llevado a esta nota. Mientras ha pasado ya la efervescencia de la
modificación de funciones de Steve Jobs
dentro de Apple, las múltiples especulaciones de la caída de sus
acciones en la Bolsa, las suposiciones de los próximos errores que debe cuidar en
la publicidad y otros tantos rumores, me
lleva a pensar en el poder del Branding personal
o lo que es mejor, el Co-branding,
esa alianza que por definición nos habla de dos marcas trabajando al unísono cediendo
e intercambiando atributos esenciales entre ellos.
¿Es tal el poder de una persona
para asociar su trabajo con calidad, Engagement
o Lovemark? ¿Es cada vez mayor nuestra necesidad de ponerle “rostros” a
las empresas?
Esto último me remite a otro caso
particularmente atractivo, el próximo estreno de la película Don't be afraid of the dark, un remake producido por Guillermo del Toro; he escuchado y leído frases como: si la película es
dirigida, escrita o simplemente relacionada con él, es garantía de calidad y de
producciones magníficas con un sello distintivo.
Pero también hace referencia a que
estos íconos están rodeados de un equipo que colabora y desarrolla las ideas
que proponen.
Al final del día, es darse cuenta
de que esas personas en nuestra empresa son parte también del activo y que
maravillosamente los primeros embajadores de la marca. Habrá que verificar quiénes
están dentro de ellas, qué se promueve en sus pasillos, así como qué se
replicará sin cesar en el haber de nuestros clientes internos y cómo promover
un equipo sólido, confiable, eficaz y congruente con sus acciones y las de la empresa, porque, si somos honestos,
también trabajamos de algún modo en Co-branding con ellos.
Por Diana Romero @dlromero
Crédito de imagen: renjith krishnan
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